jueves, 22 de octubre de 2009

Baño

Empapado de música y sentado bajo su torrente en la sucia entrada de un caserón.

Esta vieja casa no se tiene en pie, cruje con el más ligero viento o tan sólo alzar la voz. Como una casa embrujada, con entrada, escaleras y salón. Con cristales que no dejan pasar la luz, ratas en el sótano y toda de madera. No hay muebles y no hay vida. La jodida casa está en escala de grises, a 9 bits: 8 que cuentan y 1 que soy yo. Huele a madera mojada y patatas quemadas. Las vigas bailan con las termitas. La casa se quiere sentar a mi lado; dejar su tejado en el suelo.

Se levanta un fuerte viento. No importa. Mientras los irlandeses canten, yo seguiré dándome mi baño, pues nada habría de pasar.

En el fondo, las cosas irán bien.

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